viernes, 20 de noviembre de 2015

¿HAS SENTIDO QUE “SE TE VA EL AIRE” EN LOS ENTRENAMIENTOS?

UN APUNTE SOBRE LA RESPIRACIÓN EN LAS ARTES MARCIALES.
PRIMERA PARTE

Como sabemos, una de las funciones elementales de los seres vivos, es la de RESPIRAR. Y es tan esencial, que lo realizamos las 24 horas del día, sin parar, volviéndose tan ordinario que de repente no le prestamos atención, situación que en la práctica deportiva, tiene importantes consecuencias. 

Para efectos de este breve apunte, debemos recordar que el proceso respiratorio se realiza de forma inconsciente (automáticamente) la mayor parte del tiempo, pero también lo podemos controlar, aunque de manera parcial, de forma consciente por breves periodos de tiempo y ante situaciones específicas.

Esto es así, ya que el proceso que podemos “controlar” nos permite AUMENTAR DISMINUIR, INCLUSO SUSPENDER LAS INHALACIONES Y EXHALACIONES A VOLUNTAD, pero como se dijo, esto es posible solo por breves periodos de tiempo, ya que aún cuando se intente dejar de respirar totalmente, esto no podrá realizarse, pues en todo caso, pasaríamos a un estado de inconsciencia, y es entonces cuando el cuerpo inicia el proceso de manera automática, puesto que necesario continuar con el suministro de oxígeno para seguir cumpliendo con las funciones vitales, además de evitar un daño orgánico; proceso inconsciente sobre el cual NO TENEMOS INTERVENCIÓN ALGUNA y como ejemplo típico, tendremos el de la respiración nocturna o del sueño, en donde el cuerpo inhala y exhala de forma natural mientras descansamos.








Partiendo de lo anterior, nuestra PRIMERA CONCLUSIÓN es que el respirar es un proceso elemental para la vida, que se realiza de manera automática la mayor parte del tiempo, pudiendo ser modificada a voluntad ante ciertas circunstancias.

Sin embargo, el control del ingreso y la salida del aire en situaciones especiales, requiere de una atención y un entrenamiento especial. Y es el caso de la práctica de actividades deportivas, enfocándonos el día de hoy de forma concreta en las artes marciales.

Es importante comprender que para optimizar y lograr los mejores resultados en nuestro entrenamiento, es elemental que sepamos cómo funciona el proceso, ya que se requiere tiempo, dedicación y disciplina para lograr una técnica adecuada que nos permita obtener tanto la ENERGÍA, como la RESISTENCIA necesaria para que las sesiones en el tatami sean eficientes, esto sin perder la CONCENTRACIÓN NI LA ATENCIÓN, que pudiesen verse afectados por un deficiente suministro de oxígeno; técnicas que nos ayudarán incluso en una competencia o combate deportivo, pues es sin lugar a dudas un elemento extra dentro de nuestro arsenal, ya que indistintamente que tengamos “buena condición”, el respirar de manera adecuada y de forma estratégica y controlada, podrá servirnos de herramienta incluso para definir un combate.








En este sentido, hay que dejar muy en claro que “tener buena condición física”, no es sinónimo de tener una buena técnica respiratoria. Y esto es elemental, ya que la deficiencia de ésta, inutilizará a aquella. Y es común en la práctica “Tapear”, rendirse o someterse, por “falta de aire”, aún cuando tenemos fuerza en nuestros músculos, incluso muchas veces hemos experimentado -no sin extrañeza-, que esta fuerza puede perderse por falta de una adecuada oxigenación, coloquialmente solemos decir “se me fue el aire”, con los resultados ya conocidos. Ahí es donde nos planteamos qué es lo que hicimos mal en el entrenamiento, y la respuesta a veces es muy obvia, y es cuando debemos entrar en materia, para lo cual mencionaremos los aspectos científicos básicos.

A nivel molecular, cuando inhalamos, lo que hacemos es extraer del medio ambiente el aire que contiene el oxígeno. Una vez que éste ingresa al organismo, deberá pasar por diversos órganos para que éste llegue por fin a los alveolos que se localizan en los pulmones. Los alveolos son como unos pequeños globitos, en donde se lleva a cabo el intercambio de gases a través de la sangre, obteniendo de este intercambio el bióxido de carbono que debe ser exhalado de forma inversa a como lo obtuvimos, ya que siendo el oxígeno beneficioso para el organismo, este bióxido de carbono viene a ser un gas de desecho que debe ser expulsado de él. Mediante este proceso alimentamos a las células y propiciamos que el cuerpo obtenga el combustible necesario para realizar sus funciones elementales.

Ahora bien, siendo que, para realizar funciones cotidianas, la obtención del oxígeno y el desecho del bióxido de carbono se realiza mediante movimientos rítmicos y controlados, es lógico pensar que una mayor demanda de energía deberá resolverse con un mayor ingreso de oxígeno, que debe de proveerse del exterior, y estos movimientos deben de modificarse para proveer los requerimientos que el cuerpo necesita, y es ahí donde debe centrarse el estudio y desarrollar su técnica el estudiante de las artes marciales.

Hasta aquí, podemos decir con certeza que nuestra SEGUNDA CONCLUSIÓN es la siguiente: PARA OBTENER UN MAYOR REQUERIMIENTO ENERGETICO, SE REQUIERE MAYOR OXIGENACIÓN.

Para no entrar en demasiados detalles técnicos, baste decir que los músculos que se encuentran en la cavidad torácica, que son de los que nos vamos a ocupar, realizan una función esencial, ya que al moverse el diafragma, expande o comprime los pulmones, según sea el caso, permitiendo el recorrido tanto para el ingreso o la expulsión del flujo aeróbico, que es la parte elemental de este apunte.

En las artes marciales mixtas, realizamos actividades de resistencia, de fuerza y de velocidad combinados, involucrando en cada uno de estos procesos, diferentes mecanismos de respiración, por ejemplo, cuando corremos distancias largas o por tiempo (resistencia), nuestra respiración debe ser controlada y rítmica, pues si se hiciera de forma rápida o por la boca, no permitiría a los pulmones realizar su función de oxigenación de manera adecuada y la consecuencia sería que el oxígeno no llegaría a las células; consecuentemente no se proporcionaría la energía suficiente para realizar la función, obteniendo como resultado lo que conocemos como FATIGA O INCLUSO UNA SENSACIÓN DE AHOGAMIENTO.

Por otro lado, PARA UN ATAQUE O DEFENSA, requerimos proporcionar energía suficiente de manera rápida y constante, ya que como sabemos, los golpes deben de ser fuertes y colocados, por lo tanto, debemos ingresar el oxígeno y expulsarlo al momento de lanzar la ofensiva, para después oxigenar de nuevo y repetir el proceso, esto de manera rápida y sin que perdamos el enfoque y la concentración. Ya en la segunda parte de este capítulo explicaremos la importancia de saber expulsar el aire de residuo de manera eficiente, pues su adecuada técnica también nos ayudará a proteger los órganos internos.   

Supongamos el combate es llevado al NIVEL DEL SUELO, aplicando alguna técnica de Jiu Jitsu en donde estemos en una posición en la que se provoque la compresión de la caja torácica que impida la completa expansión de los pulmones, o que incluso se requiera apoyarse en la respiración para realizar un giro o pasar la guardia. ¿Debemos tener a la mano alguna técnica para facilitar la transición? La respuesta resulta obvia. 

Aquí tenemos entonces 3 claros ejemplos de cómo en la práctica de las artes marciales mixtas, se requiere dedicar un tiempo a analizar y practicar alguna técnica de respiración, ya que su dominio podrá ser la diferencia entre obtener un resultado favorable o desfavorable, en este último caso, ocasionado por un entrenamiento deficiente. Su estudio nos proporcionará herramientas para combatir esa “pérdida de aire” o el agotamiento extremo y de esa manera podremos optimizar nuestras prácticas para obtener mejores resultados,